“En el arte de la marinería más sabe el simple marinero que el mayor letrado del mundo”
Miguel de Cervantes
Las razones por las cuales una organización “dura” en el tiempo son múltiples y complejas. Hay elementos que dependen de uno mismo y otros muchos de factores que no controlamos. La tasa de supervivencia de las organizaciones cada vez es más reducida si se compara con décadas anteriores. ¿Dónde está el secreto, entonces, para poder “estar ahí” durante mucho tiempo?
Siempre me ha atraído entender la sostenibilidad como todos aquellos elementos que hacen que mi organización permanezca y siga aportando valor (desde una perspectiva económica, social y ambiental).
Sin ánimo de hacer un análisis exhaustivo, algo bastante complejo, uno de los aspectos que más pueden influir en permanecer y seguir generando valor, es el de desarrollar una inteligencia “natural” sobre la forma de hacer y afrontar las cosas. Las organizaciones, equipos y personas más brillantes no suelen emplear caminos o vías complejas, enmarañadas o embrolladas para dar solución a sus retos y desafíos. Por el contrario, suelen reflexionar, más de lo normal, sobre la forma de hacer las cosas, intentando llevar cualquier proceso a algo sencillo (según el diccionario de la Real Academia Española, “Que no ofrece dificultad. Que carece de ostentación y adornos, exornación y artificio, y expresa ingenua y naturalmente los conceptos”).
Aquí es donde aparece, desde nuestra experiencia de más de tres décadas, tanto a nivel académico como, sobre todo, a nivel práctico, acompañando a numerosas organizaciones de diversa naturaleza, tamaño o nacionalidad, un elemento común en la inmensa mayoría de organizaciones que sobresalen: La (sana) obsesión por el método.
Toda acción eficaz conlleva un método, que es lo que garantiza que los resultados obtenidos puedan volver a repetirse con ciertas garantías. Y el método no es más que la forma más sencilla (que no simple, acepción asociada a que no haya complicaciones ni dificultades) de hacer las cosas.
Aunque hoy en día, en un entorno tan incierto y volátil, pueda haber aspectos exógenos que puedan hacer tambalear cualquier organización, las organizaciones que sobresalen, dentro de lo que está al alcance y bajo la influencia de uno mismo, trabajan de forma intensa en desplegar mecanismos eficientes y sencillos en todo aquello que hacen.
Si bien se podría pensar que los métodos pueden ser fácilmente replicados, quizá no se tenga en cuenta que los métodos realmente sólidos y efectivos suelen ser una consecuencia de la conjunción integrada de varios atributos que no es sencillo atesorar:
- Profunda experiencia práctica (la mera reflexión teórica tiene un recorrido muy corto en la ciencia del management).
- Pensamiento sistémico e integral (visión holística del escenario si se quiere contemplar todo el espectro de posibles problemas y soluciones).
- Constante foco en la esencia (guerra sin cuartel contra lo superfluo).
- Orientación a la acción (flexibilidad para adaptar y agilidad para responder con velocidad).
- Constancia y perseverancia (encontrar el método implica un ciclo de prueba y error que pone a prueba al más paciente).
- Disciplina y orden (una vez definido el método, y aunque vaya a seguir evolucionando, el rigor siempre será clave en su aplicación).
- Humildad y mentalidad de permanente cuestionamiento (siempre existirá la posibilidad de mejorar el método).
Podría parecer que el método se contrapone a la creatividad. Nada más lejos de la realidad: Ser eficaz y eficiente requiere, hoy en día, grandes dosis de método. Y nos va a tocar perfeccionar nuestros métodos cada vez con más frecuencia. En esos saltos entre una versión y otra del método se encuentra la creatividad y la innovación, capital para no estancarnos en métodos caducos y poder seguir sobresaliendo como organización…
Como conclusión, es vital remarcar que el método y el uso de metodologías estructuradas, sólidas y contrastadas no va a garantizar el éxito por sí solo pero, sin duda, es algo más que presente en todas las organizaciones que presentan resultados superiores a otras, incrementando la probabilidad de seguir “estando ahí” durante mucho tiempo…